Boulder Valley School District

Programa de transición enseña destrezas y confianza a estudiantes con discapacidades graves

Transitions student Sabrina Wilsdon poses with a photo with director Jennifer Gero
Randy Barber

Al igual que muchos estudiantes, Sabrina Wilsdon se siente emocionada con la inminente llegada de la graduación.

«Me emociona mucho graduarme», dijo Wilsdon con una gran sonrisa. «Me siento un poco nerviosa, pero más que todo estoy emocionada porque es una nueva etapa en mi vida».

Ella está tomando un gran paso. Este otoño dejará atrás la quietud de su hogar y el apoyo de sus padres para asistir a un programa de destrezas profesionales en la Universidad del Este de Nuevo México en Roswell.

«Voy a vivir en un apartamento con un compañero de piso», dijo Wilsdon. «Tendré que levantarme en la mañana y hacer el desayuno. Ellos tienen un plan de comida, pero si quiero comer algo pequeño, tendré que ir a la tienda para comprarlo, junto con champú y otras cosas que todos necesitan cuando están viviendo independientemente». 

Aunque muchos estudiantes de 12.o grado se sienten intimidados cuando se enfrentan a esta realidad, es particularmente notable para Sabrina, una estudiante con discapacidades cognitivas. Antes de terminar la preparatoria, no estaba claro si podría vivir sola o asistir a la universidad como muchos de sus compañeros.

«Yo no sabía qué iba a pasar», dijo Wilsdon.

Después de obtener sus créditos escolares en la Escuela Preparatoria Fairview, Sabrina se inscribió al Programa de Transición del BVSD. El programa ofrece una manera para estudiantes de 18 a 21 años con discapacidades graves de aprender las destrezas y la confianza que necesitan para sobrevivir y prosperar en lo que Sabrina llama «el mundo real».

«Al principio tenía miedo. Dejando a Fairview y viniendo aquí», dijo Wilsdon. «No es como en la preparatoria, donde uno tiene a sus padres para ayudarle. Estaba asustada porque es mucho más como el verdadero mundo profesional. Estás haciendo todo sola».

«Nuestro programa crea una conexión entre lo que sucede en la escuela preparatoria y los servicios que reciben estudiantes con discapacidades más graves, con la preparación necesaria para desarrollarse en el mundo de los adultos», dijo Jennifer Gero, una especialista en transiciones para el BVSD. «Eso puede incluir encontrar un trabajo, aprender a tomar el autobús y hasta aprender a cuidarse a uno mismo».

«Es difícil ser un adulto joven, pero tienes a alguien que te puede ayudar con todo lo que está pasando. Así uno puede superar cualquier obstáculo. Gracias a ellos, la transición a ser un adulto es más fácil», agregó Wilsdon.

En el programa, cada estudiante recibe apoyo personalizado para satisfacer sus necesidades individuales. El éxito también se mide de diferentes maneras, dependiendo del estudiante, como es aparente con los 12 estudiantes que se están graduando del programa esta primavera.

Para algunos estudiantes, la inserción laboral resultará en trabajos de largo plazo. Algunos seguirán recibiendo apoyo de Imagine!, la red de apoyo de Colorado para adultos con discapacidades intelectuales y del desarrollo.

«Es como cualquier escuela preparatoria, uno ve que los estudiantes siguen caminos diferentes», dijo Gero. «Uno va a asistir a una universidad con apoyos, otros cuantos tienen trabajos independientes con un sueldo, algunos estarán en trabajos con un instructor laboral, porque todavía no están totalmente listos, y otros harán trabajo como voluntarios. En el caso de algunos, que no podrán perseguir una vida profesional, existen programas para adultos que apoyan más en el aspecto recreativo y el continuo aprendizaje de destrezas básicas».

El objetivo para cada estudiante es garantizar que tengan algo que puedan hacer para ser miembros productivos de nuestra sociedad cuando salgan del Programa de Transición.

El programa se enfoca mucho en trabajar con compañías locales para colocar a los estudiantes en lugares de trabajo. Wilsdon tuvo la oportunidad de trabajar en varias escuelas del BVSD, el campus de la Universidad de Colorado en Boulder y en la oficina de un dentista. Descubrió que le gustaba mucho el trabajo administrativo. 

«Es bueno saber que las personas ahí pueden ayudarte a que te ajustes un poco más fácilmente a la vida adulta», dijo Wilsdon. «[El programa] alivia mucho del temor de esa transición».

«Nuestro objetivo es que no nos extrañen una vez que terminen su educación y que tengan todo lo necesario para una nueva etapa: un trabajo y una vida que los hacen sentirse satisfechos. Ya no necesitan la escuela, están listos para ser adultos», dijo Gero.

«Teníamos a una joven que terminó en febrero este año porque encontró un trabajo que le gustaba, la contrataron y ahora está trabajando. Ella dijo, ‘sabes, ya no quiero ir a la escuela. Estoy lista para terminar con ustedes’. Eso es lo que queremos escuchar – que se sienten exitosos y como que han iniciado esta etapa de su vida como adultos», agregó Gero. 


 

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